lunes, 1 de diciembre de 2008








CATEDRAL MEXICO, D.F (METROPOLITANA)

Historia de una construcción

En el tiempo de la ciudad de Tenochtitlán el área en donde se encuentra la actual catedral estuvo ocupada por un pequeño templo dedicado a Xipe[1] o quizá por el templo de Quetzalcóatl, un templo dedicado al sol y otras edificaciones menores.

Tres años después de concluida la conquista, Hernán Cortés mandó construir una iglesia en el lugar aprovechando material de los templos aztecas. Esta iglesia fue convertida en catedral por Carlos V y el papa Clemente VII según la bula del 9 de septiembre de 1530 y nombrada metropolitana por Paulo III en 1547.[3] Pronto quedó clara su insuficiencia y por mandato de Felipe II se derribó en 1552. Los trabajos de construcción de la nueva no comenzaron sino hasta 1571 cuando el virrey Martín Enríquez de Almansa y el arzobispo Pedro Moya de Contreras colocaron la primera piedra de su sucesora, la actual catedral...

La suma del costo de la obra hasta la dedicación de 1657 fue de 1.759.000 pesos. Dicho costo fue cubierto en buena parte por los reyes Felipe II, Felipe III, Felipe IV y Carlos II.[3]

Luego, hubo un concurso para designar al arquitecto que terminaría la fachada. El proyecto ganador de dicho concurso fue el neoclásico presentado por el veracruzano José Damián Ortiz de Castro, que se antepuso a los de José Joaquín de Torres (barroco) e Isidro Vicente de Balbás. Ortiz de Castro procedería a terminar las torres, parte de la cúpula y obras al interior. La muerte de Ortiz de Castro dejaría las obras en suspenso un breve tiempo. En 1793 el arquitecto valenciano Manuel Tolsá recibe el encargo de finalizar las obras de construcción de la Catedral, que no concluyen sino hasta 1813.[4]


Sucesos de la Catedral

A lo largo del tiempo la catedral ha perdido parte de su acervo artístico. Se tiene constancia de algunas de las obras perdidas: lámparas de plata de gran tamaño, candelabros, blandones y figuras del mismo metal, la custodia de Borda (88 marcos de peso en oro; con 10 perlas, cubierta al frente por 5872 diamantes y al dorso por 2653 esmeraldas, 544 rubíes y 28 zafiros), un pectoral de oro con reliquias, otro con topacios y brillantes y con anillos de accesorio, alfombras, cojines, colgaduras y muchos tesoros más de características similares.



Fe, Esperanza y Caridad. Esculturas de TolsáLa fachada se observan tres relieves en mármol blanco. El central representa la Asunción de la Virgen María. El que se tiene del lado izquierdo muestra la entrega de las llaves del Cielo a San Pedro; el que se tiene a mano derecha, la Barca de la Iglesia. Sobre el reloj se encuentran tres figuras representativas de las virtudes teologales: la Fe, la Esperanza y la Caridad. La Fe sostiene una cruz, la Esperanza un ancla y la Caridad sujeta a dos niños. El reloj y las esculturas se deben a Tolsá, así como las balaustradas y florones que coronan todo el conjunto.


El altar del Perdón
Altar del PerdónEl retablo es obra de Jerónimo de Balbás (1735). A principios de 1967 hubo un incendio en la catedral que dañó el altar. Gracias a la restauración practicada se puede admirar el día de hoy una gran obra de arte colonial. Se llama así porque ahí piden perdón los fieles.Esta es una de las obras más grandes del autor tiene un estilo churrigueresco el cual es muy detallado, todo el acabado de esta obra esta cubierto con hoja de oro.


El coro
La sillería del coro está fabricada en una excelente talla de tapincerán. Tiene dos niveles de sitiales: el alto para canónigos y el bajo para seíses y sochantres. En la parte superior, tiene figuras talladas en medio relieve, de obispos y santos.

La sillería del coro es fruto del arte de Juan de Rojas (1695). También fue dañada en el incendio de 1967.

Al centro del coro, entre la la reja y la sillería, está un fascistol de caoba, adornado con figuras de marfil, una de las cuales, es un crucifijo que corona toda la obra. Se usa para sostener los libros de canto, y está conformado por tres cuerpos.

La portada del coro y la crujía (el corredor cerrado que va desde es coro hasta presbiterio) fueron hechas con el diseño del pintor Nicolás Rodríguez Juárez bajo la supervisión del sangley Quiauló. La bella reja del coro es de tumbaga y calain, y fueron estrenadas en 1730. Se fabricó en la ciudad de Macao, China,[4] y sustituyó a una anterior esculpida en maderas.





Cúpula
Se terminó con adaptaciones al proyecto de Ortiz de Castro. En el interior también se representó la Asunción de la Virgen (Rafael Ximeno y Planes, 1810). La cúpula que existe hoy en día, es obra de Manuel Tolsá, y de tambor octogonal, levantada al centro del crucero, sobre cuatro columnas y rematada por una linternilla. Las actuales ventanas son de Matias Goeritz. En el incendio de 1967, ocasionado por un corto circuito en el Altar del Perdón la pintura de la Asunción se consumió.





Las capillas
Nave central de la Catedral Metropolitana, con vista del Altar de los Reyes al fondo.
Altar de los Reyes [editar]Artículo principal: Altar de los Reyes
El Altar de los Reyes, se encuentra en el ábside del templo, detrás del Altar Mayor. Es obra del insigne Jerónimo de Balbás, autor del Altar del Perdón de esta misma catedral, y del Altar Mayor de la Catedral de Sevilla, entre otras.

Este bello altar, que se puede considerar un monumento dentro de otro monumento, es la obra cumbre del estilo churrigueresco mexicano o barroco estípite, y se considera la obra maestra de su destacado autor. Mide 25 metros de altura, 13 de ancho, y 7 metros de fondo; se eleva al fondo de Catedral ocupando el ábside.

Es una talla formada por tres calles verticales, dos laterales y una al centro, adornada con los cuadros La Asunción de la Vírgen, y La Adoración de los Reyes, del pintor Juan Rodríguez Juárez. Éste último, es el que da nombre al altar, además de una serie de esculturas de bulto de reyes y reinas canonizados (santificados), que posan a lo largo y ancho del altar.

Fue realizado en maderas preciosas policromados, en una exuberante composición de pilastras y columnas, follaje, guirnaldas y querubines. El conjunto está estofado, revestido con hoja o lámina de oro, lo cual le confiere majestuosidad a la obra. Está cerrado por una doble bóveda, y en lo más alto del conjunto, se haya una representación de Dios Padre, presidiendo el magno conjunto.

Sandra Alvarado Vazquez

No hay comentarios: